Muchos de nuestros clientes nos traen sus joyas para consultarnos si están compuestas por Diamantes, Brillantes o Circonitas, por ello hoy explicaremos las “diferencias”.
Empezando por el Diamante, este es un mineral formado por carbono, y que, por distintos procesos de la misma naturaleza, pasa de ser un carbón a carbono cristalizado, convirtiéndose en el material con mayor dureza. No todos los diamantes son iguales, por ello se clasifican según distintas características como son el peso, color, talla y pureza.
- Peso: Este está medido en quilates, ahora podemos entender el porqué los diamantes a mayor peso (quilate) son más caros, además que son más difíciles de encontrar en la propia naturaleza.
- Color: Es otra de las características a tener en cuenta a la hora de valorar el diamante. “El instituto Gemológico Español” ha elaborado la siguiente escala de colores, la cual nos facilita la clasificación.
- Talla: Con esto nos referimos al corte que tiene el diamante, es decir, a la forma que se la ha dado. Aquí es donde aparece ya el termino Brillante, esta es una de las muchas formas que se le pueden dar al propio diamante. Podemos nombrar algunas como de Brillante, Princesa, Esmeralda, Asscher, Pera… etc. Dentro de las formas, lo que se valora son su profundidad, anchura y finalmente la uniformidad de todas sus caras.
- Pureza: El diamante perfecto, es muy difícil de encontrar, de ahí que este sea un condicionante de alto precio. Lo normal es encontrar impurezas, originadas de forma natural o desperfectos producidos durante su tratamiento.
Terminamos con la Circonita, este mineral se produce de forma sintética en un proceso de bajo coste. Presenta ciertas características que lo hacen muy atractivo como son su dureza (no mayor que la del diamante), durabilidad y sobretodo su similitud al propio diamante.
Como conclusión podemos decir que la Circonita es una imitación del Diamante. En cambio, cuando hablamos de Brillante, estamos hablando de un Diamante, ya que esta es una forma más que se le da.
